Denuncian están talando la Sierra de Yamasá

Yamasá, Monte Plata.- Ambientalistas de aquí se mostraron alarmados por el nivel de desmonte a que está siendo sometida la Sierra de Yamasá, donde nacen decenas de ríos importantes, incluyendo el Ozama, principal afluente de la cuenca del mismo nombre.
Deploraron la destrucción ecológica que se está produciendo en esa zona de la provincia Monte Plata, debido al corte indiscriminado de árboles y al conuquismo practicado por campesinos y por presuntos traficantes de madera preciosa y palma real.
El ecologista Jeremías Pimentel, quien habló en nombre de los defensores de la naturaleza, hizo un llamado urgente a las autoridades de Medio Ambiente, a los fines de que intervengan la zona, en procura de evitar que derriben los árboles que aún quedan sin tumbar.
“Es un crimen lo que se está cometiendo en la Sierra de Yamasá, donde además del Ozama, nacen los ríos Verde, Yamasá, El Chácaro y Guanuama”, lamentó Pimentel.
Los protectores del medio ambiente entienden que las autoridades del área se están dejando ganar la guerra de los depredadores de los recursos naturales y en tal sentido, los instan “a apretar la muñeca en la aplicación de las normativas legales”.
Los ecologistas de Monte Plata consideran que con la deforestación que afecta la provincia se está destruyendo la vida acuática de la demarcación, ya que especies que antes eran abundantes, ahora están en vía de desaparecer, entre las que se encuentran anguilas, dajaos, guavinas, jaibas, camarones, entre otras.
También aseguran que cientos de aves han tenido que emigrar, porque les han destruido su hábitat natural.
(+)PELIGRAN ESPECIES POR LA DEFORESTACIÓNEn la Sierra de Yamasá habitaba la jutía y que con la tala indiscriminada de árboles y la posterior quema de los predios, este animal también se ha extinguido, denuncian ambientalistas. Lo mismo ha ocurrido con la cotorra, el perico, el cuervo, el pájaro bobo, la perdí, la codorniz, tórtolas y otras aves.
Sugieren a Medio Ambiente poner freno cuanto antes a los depredadores de la naturaleza, o de lo contrario le estarían dejando una isla inhabitable a las futuras generaciones.